Un traductor conectado es un traductor disponible y, por tanto, eso supone un servicio mejor y más ágil para ti.
Este es un artículo de nuestro traductor profesional Sergio Lorenzi.
Los medios de comunicación alertan periódicamente acerca de la excesiva influencia de los teléfonos móviles sobre muchas personas, e incluso sobre la dependencia que generan estos aparatos. El contenido de esos artículos suele tener un tono de autoculpabilidad y es probable que muchos lectores se propongan –aunque sea de forma testimonial– poner coto al uso que hacen su flamante smartphone.
En un tono parecido, también se nos aconseja que no estemos tan pendientes de nuestro correo electrónico y se nos apuntan soluciones como, por ejemplo, consultar la bandeja de entrada un par de veces al día. Al seguir consejos como éste, se nos dice que nuestra vida será mucho más relajada, una vez liberados de las ataduras de la tecnología.
Naturalmente, cada persona es dueña de dedicar su tiempo a lo que desee, pero seguir consejos de este tipo es algo que, como traductor profesional, está fuera de mi alcance.
¿No estar pendiente del móvil? Eso equivaldría a desinteresarme por mis clientes. ¿Consultar esporádicamente el correo electrónico? Un lujo que no me puedo ni me quiero permitir, pues es frecuente que lleguen trabajos urgentes, consultas y solicitudes de confirmación que deben atenderse lo antes posible.
Lejos de tópicos –y de presentes distópicos– el teléfono móvil es una magnífica y práctica herramienta de trabajo que me ayuda a estar en contacto con mi entorno profesional, a atender debidamente a mis clientes y a resolver múltiples cuestiones. Está ante mí durante toda mi jornada de trabajo y procuro estar pendiente de él dentro de un horario razonable. Por la noche, ambos descansamos.
Preguntarnos si podríamos vivir sin nuestros móviles equivale a preguntarle a un minero del siglo XIX si podría trabajar sin su pico, o a un herrero medieval si podría desarrollar su actividad sin un yunque. Se trata simplemente de un equipo imprescindible, polifacético y técnicamente asombroso, que además nos evita recurrir a agendas, listines telefónicos, tarjeteros y otros artículos de escritorio que han pasado a la historia.
Al estar atentos a nuestros móviles demostramos compromiso y respeto hacia nuestro trabajo y nuestros clientes. ¿O acaso nos planteamos no atender el teléfono o no abrir una carta? Desde finales del siglo pasado el entorno laboral ha experimentado un cambio de paradigma en el cual la presencia física es menos relevante que la conectividad.
Si bien es cierto que dedicamos mucho tiempo a manejar nuestros teléfonos móviles, tengamos en cuenta todas las tareas que nos permite resolver.
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