Traducir no es solo traducir, es una oportunidad de generar más confianza en tus lectores.
De partida, si el texto está en la lengua de tus lectores, ya consigues que estén más receptivos. Con una traducción profesional, además, los destinatarios sienten el texto más cercano, porque al estar correctamente adaptado a su cultura, se identificarán mejor con lo que les dices y sentirán que tú te ajustas mejor a sus necesidades.
Una traducción profesional tiene en cuenta el contexto y la finalidad del mensaje. Es decir, para qué se ha escrito, cuál es la situación de partida y qué necesidades quiere cubrir.
El traductor profesional desmenuza los recursos del texto original, los adapta para los lectores y, luego, los incorpora al nuevo texto creado para ellos. Gracias a esta adaptación, el mensaje se ajusta de forma óptima a las necesidades y expectativas de los destinatarios de la otra cultura.
Traducir no es solo traducir, es generar confianza con un mensaje adaptado a tus lectores.
De una lengua a otra, cambian muchos detalles, como por ejemplo, la relación de los colores con las emociones (tan importantes en la publicidad). En inglés, el azul representa la nostalgia; mientras que en español, el azul se identifica más con la alegría.
También las cifras se transforman durante la traducción. Los puntos se utilizan en unas lenguas para los decimales y en otras, para los millares. Y el uso de las comillas varía de una lengua a otra. En alemán son así „convención alemana“, en español, las tipográficas «convención española» y en francés, además, se separan con un espacio así « convención francesa ».
Estos detalles bien adaptados hacen que los lectores se sientan identificados y sean más receptivos a lo que les quieres transmitir.
Veamos más ejemplos. Traducir es una oportunidad de adaptar…
- las instrucciones de uso del dispositivo médico que distribuyes,
- la presentación sobre el posicionamiento de las empresas de tu sector que has preparado,
- las políticas antifraude que deben cumplir tus empleados,
- la interfaz de usuario del programa informático que vas a lanzar,
- el artículo con las claves para las campañas publicitarias por Internet, y mucho más,
…a las necesidades, expectativas y valores de los destinatarios de los textos.
Traducir te permite adaptarte a las necesidades de quienes te leen.
Cuando encargas una traducción, no solo quieres que se transfieran las frases del documento original a otro idioma, ¿a qué no? Lo que quieres es que la traducción en su conjunto funcione y tenga el efecto que quieres.
Para conseguirlo, necesitas que:
- El mensaje esté lleno de sentido,
- El mensaje siga las normas y convenciones de los lectores (para que les resulte natural),
- Los ejemplos sean cercanos (para que los comprendan y se identifiquen),
- El registro sea adecuado (para que se sientan cómodos y receptivos)…
¿Qué significa esto último?
Si cuidas el estilo y el registro que quieren tus lectores, generas confianza. Así llegarás a más lectores que podrían interesarse en lo que ofreces por lo que, en definitiva, tus textos te ayudarán a atraer más potenciales clientes.
No es lo mismo escribir para consumidores, que para adolescentes, que para empresarios hoteleros, y estos destinatarios, a su vez, no tienen las mismas necesidades si hablan inglés británico, inglés estadounidense, español de España o español de Argentina.
Tampoco es lo mismo, que el texto vaya a aparecer en un sitio web, en el embalaje de un producto, o en un consentimiento médico.
Por eso, traducir es mucho más que traducir. Traducir es adaptar tu comunicación escrita a las necesidades de tus destinatarios.
Por eso, confía en tu traductor. Exponle tus inquietudes y facilítale toda la información que puedas sobre el texto: dónde se va a publicar, con qué finalidad se ha escrito, a quién va dirigido, qué conocimientos previos se presupone que tiene el lector, etc.
Toda esta información le resultará muy útil y le ayudará a tomar decisiones fundamentales para que el texto tenga el efecto que deseas.
Confía en tu traductor profesional y si te plantea dudas, recuerda que su finalidad es comprender lo mejor posible tu proyecto para ayudarte a conseguir lo que te has propuesto.
Muy esclarecedor y acertado este artículo. Ciñéndome a mi ámbito de especialidad, que es jurídico, no es lo mismo traducir un contrato para las partes en el mismo que para adjuntarlo como prueba documental en una demanda por incumplimiento; en el primer caso, es posible que se necesiten notas explicativas, mientras que en el segundo ha de dejarse tal cual.
Muchas gracias por tu aportación, José Antonio. Sí, cada especialidad tiene sus «detallitos», por así decir. Por eso es tan importante tener un trato directo con el traductor y poder transmitirle todas nuestras preferencias. Lo importante es que la traducción cumpla el propósito que se haya marcado el cliente y, para eso, nada mejor que comunicarse con el traductor.
Muchas gracias por pasarte a comentar, José Antonio. Sí, justo a eso me refería en el artículo. El traductor especializado conoce muy bien las características de cada tipo de documento que traduce y esto le permite tomar la decisión más acertada en función de muchos factores como son el contexto, las necesidades del cliente, los usos y costumbres, las normativas específicas…